Buscar este blog

21 abr 2012

La autoestima. (Ewdge)

El concepto de uno mismo.

Si observamos los medios de comunicación hoy en día, podremos ver el culto al cuerpo que está tan de moda. En los anuncios publicitarios, siempre aparecen hombres y mujeres esculturales, de cuerpos perfectos, caras jóvenes y relucientes, que nos crean la misma 'necesidad' a todos: hay que mejorar, para verse tan bellos como esos potentados.

En una sociedad orientada a lo exterior, lo que gusta son las figuras atléticas y sin grasa, las caras estiradas y perfectamente hidratadas, no dando cabida en ese mundo a la verdadera naturalidad: que no siempre somos jóvenes y hermosos -según los cánones de la belleza actual-, y tampoco todos somos nadadores, escaladores o adictos al gimnasio. Por lo tanto, tanto 'machaque' con lo que es bonito y lo que no, crea en la gente muchísimos complejos, porque observa su realidad corporal y ve que no le gusta.

Estoy seguro de que todos hemos podido conocer, en alguna ocasión, a algún portento físico por naturaleza: aquel chico que siempre fue alto, fuerte y guapo. O aquella chica que siempre tuvo un cuerpo de modelo, una cara envidiada por la misma Elena de Troya y una voz embaucadora. Ellos no hicieron nada por ser así, simplemente son. La naturaleza les otorgó unos atributos físicos que son atractivos por todos. Dicha personas, cuentan con una alta autoestima porque se ven y se sienten queridos, admirados y envidiados. Por lo tanto, se reconocen como diferentes y especiales. Su concepto de sí mismos es que son superiores.

Por otro lado, también estoy completamente seguro de que todos hemos conocido a aquel hombre que no tenía unos atributos físicos que destacaran: era bajito, delgado -u obseo-, con el pelo feo y quizá incluso con gafas. Pero tenía una personalidad fuera de lo común, con mucha carisma, gracia e ingenio. Aquel tipo chiquitín que era el jefecillo de la pandilla de chicos grandes, donde todos le respetaban y le querían. O aquella chica no muy agraciada físicamente, pero que sin embargo hacía reir a todos, tenía voz de mando y calidad de líder, y con ello no sólo conseguía ser querida y respetada por sus amigas -incluídas las más guapas-, sino que podía atraer con su imán personal a multitud de hombres. Estas personas tienen una alta autoestima, reconocen sus armas -su personalidad-, se ven distintos, especiales y su aspecto físico no les preocupa lo más mínimo.

Observando ambos casos, extremos entre sí, podemos llegar a una conclusión: lo único que verdaderamente importa es lo que opinemos sobre nosotros mismos. Si basamos nuestra autoestima en nuestra condición física o intelectual, quizá podamos encontrar 'peros' o deficiencias que no nos gusten. La autocrítica es una de las mayores pandemias que ha existido en la humanidad, destruye mentes y arruina corazones...

Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos es gustarnos, querernos y aceptarnos. Y no sólo eso, sino también tener una charla interna totalmente positiva. Al igual que si te repites durante mucho tiempo 'no vales para nada... siempre haces todo mal' terminas creyéndolo, frases del polo opuesto, positivas, harán el mismo trabajo. Y de una forma más efectiva y rápida aun, puesto que más poder tiene un pensamiento positivo que uno negativo.

Si comenzamos a mejorar nuestra propia visión de nosotros mismos, todo lo exterior cambiará. ¿Cómo es eso posible?, ¿cómo va a cambiar el exterior simplemente porque cambiemos en nuestro interior? Muy fácil: porque cuando cambias por dentro, ves todo de forma distinta por fuera. Esto no quiere decir que las cosas cambien físicamente, o que las personas sean de distinta manera. Lo que cambia es la interpretación de la información exterior que hay fuera de uno mismo. A modo de ejemplo, podríamos decir que no tendrá la misma reacción, ante un insulto o una crítica, una persona depresiva o con baja autoestima, que una con un concepto de sí mismo elevado y positivo. El primero, rumiará y gestionará miedos; el segundo, se reirá del otro y seguirá con lo suyo tranquilamente, puesto que no va a permitir que algo exterior cambie su forma de ver las cosas.

La clave para el éxito o el fracaso se encuentra en nuestro interior... como todo lo demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario